viernes, 28 de diciembre de 2012

los santos inocentes




"Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". Estas fueron las palabras que el Ángel le dijo en sueños a José, según el Evangelio de San Mateo, y éste es el origen de la onomástica que celebramos en el día de hoy. Entonces, los inocentes eran aquéllos niños menores de dos años que se encontrasen en Belén y alrededores, y que por orden del Rey Herodes se les debía privar de la vida, no fuera que le tuviesen la mala idea de quitarle el trono. Ahora, podemos ver reflejados a los inocentes en todos aquéllos menores que son víctimas de la sociedad de adultos. Y no necesariamente porque se atente contra ellos cometiendo hechos que son punibles y reprochables desde el punto de vista penal (delitos contra su vida, contra su integridad sexual, etc), sino por la forma de actuar y de tomar decisiones ante determinados cambios que se producen como consecuencia de la crisis matrimonial y que inevitablemente conduce a una situación de separación o divorcio. El interés superior del menor, además de ser un principio general del derecho que habitualmente se invoca, también tiene que ser el fin primordial cuando se está negociando y/o solicitando en un Juzgado que se fijen los efectos del divorcio,  ante todo debe primar su bienestar y no convertirles en víctimas del proceso, debiendo velar por su protección e intereses. Porque son sus progenitores los que se divorcian y no ellos, no debiendo de convertirlos en víctimas, puesto que su inocencia infantil no debe ser afectada, y ésta es responsabilidad de los adultos ante un conflicto familiar.

Feliz día de los santos inocentes, y que sirva para reflexionar cómo poder proteger mejor a estos “santos inocentes”.

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